A veces una solo necesita de una lectura bonita y ligerita, sin grandes pretensiones más allá de entretener y hacerte pasar un rato ameno, y en Reinas Geek encontré justo eso.

La historia, contada mediante un prosa sencilla y directa, sigue a tres amigos adolescentes, dos chicas y un chico, que hicieron el viaje de Australia a Estados Unidos para asistir a la SuperCon (básicamente una versión alternativa de la ComicCon). Ellos son Taylor, Charlie y Jamie, y la novela está narrada en primera persona dividiéndose por capítulos entre las perspectivas de las dos primeras. 

Taylor es una fangirl total, principalmente de una saga de libros llamada Reina de Firestone, por lo que está emocionadísima por conocer a la autora en dicho evento. Charlie es una vloguera y actríz emergente que está ahí para hacer promoción de su primera película. Y Jamie completa el trio siendo un chico bastante atento que tiene sentimientos por Taylor (y será en el transcurso de ese fin de semana cuando ambos los dejen aflorar, regalándonos un adorable friends-to-lovers). Pero Charlie no se quedará atrás en el área del romance, pues a pesar de tener que lidiar con la aparición de su ex y co-estrella que le rompió el corazón seis meses atrás, en la convención conocerá a su vloguera favorita, Alyssa Huntington, y las chispas entre ellas serán inmediatas.

Sin duda lo que hizo que la lectura me resultara de lo más disfrutable es lo amable y diversa que es: Taylor es una chica de talla grande que sufre de ansiedad y está dentro del espectro autista, y la representación es fabulosa; Charlie es una chica chino-australiana abiertamente bisexual; y una de las dos relaciones amorosas que se desarrollan es sáfica. Y no es que yo sea de esas personas que creen que debe haber justificación para incluir representación en una historia (dios me libre), pero siento que aqui no podría haber sido de otra forma dado que, en parte, el libro es una carta de amor al fandom, a los fans, a los frikis/geeks y, como bien sabemos, ese es un mundo de lo más amplio y diverso. 

Me vine a la SuperCon obsesionada con la idea de cambiar la manera en que me ve todo el mundo, pero ahora sé que nunca podré controlar lo que la gente piense de mí. No es mi misión convencer a los demás de quién soy yo. Lo único que puedo hacer es averiguar qué me hace feliz y vivirlo.

También me gustó cómo se abordan cuestiones de salud mental, bifobia y feminismo. Se hace de manera amable y ligera pero sin caer en lo trivial. Al final, es una novela optimista para sentirse bien, mega cursi en más de una ocasión, pero siempre honesta y agradable. Siento que es el tipo de libro que me hubiera encantado leer en mis años adolescentes; pero de todos modos, aunque haya llegado algo tarde, pude apreciarlo por lo que es y acabármelo en un santiamén.

Lo recomiendo si buscan algo bonito y rápido de leer. Y más aún si el frikismo es lo suyo, seguro se verán reflejados en las vivencias de los personajes y su emoción por estar en la convención, además de disfrutar con la encantadora aproximación al fandom como espacio seguro.