La fantasía es uno de mis géneros favoritos, y si bien me gusta en todas y cada una de sus facetas, la fantasía urbana en concreto tiene un lugar especial en mi corazón. De un tiempo a la fecha, sin embargo, había estado ausente entre mis lecturas, por lo que la idea de sumergirme en una que además se asienta en el folclore y la cultura de un país latinoamericano me emocionaba muchísimo.

La historia sigue a Manuela "Manu" Azul, una chica de dieciseis años quien vive con su madre y su abuela adoptiva Perla en un pequeño apartamento en Miami, la mayor parte del tiempo ocultándose debido a que no posee documentos, habiendo emigrado de Argentina muchos años atrás al estar huyendo de la familia de su enigmático padre, a quien la muchacha nunca conoció. Por lo mismo, toda la existencia de Manu se ha visto limitada, aunque no solo porque ella y su madre han tenido que ser extremadamente precavidas por su estatus de inmigrantes indocumentadas, sino también por su mera apariencia, ya que sus peculiares ojos llenos de estrellas ameritan que en el exterior siempre lleve puestas unas gafas de sol espejadas para así evitar llamar la atención más de lo necesario. Pero como suele suceder, de un momento a otro la vida de Manu dará un giro de ciento ochenta grados, empujándola a descubrir su verdadero origen, abriéndose ante ella un mundo nuevo, uno al cual, quizás, finalmente pueda pertenecer.

Sus personajes resultan de lo más agradables, empezando por Manu, quien nunca ha tenido la oportunidad de encajar en ningún lado al haberle sido negada su mera existencia, de pronto encontrándose con esta otra sociedad que parece también querer restringirla debido a su naturaleza. Su viaje en esta primera entrega es tan entretenido como emotivo e inspirador, logrando que el lector rápidamente se ponga de su lado. Luego tenemos a los secundarios: Catalina, Saysa y Tiago, quienes serán sus nuevos amigos y compañeros en la academia de Septimus a la que nuestra protagonista terminará llegando por obra del destino; todos me cayeron rebién, y además por ahí hay un twist en las relaciones entre ellos con el cual quedé más que encantada [spoiler: Cata y Saysa las brujas sáficas revolucionarias que merecemos]. El resto (la madre de Manu, Perla, la directora de la academia Jazmín y su hermano Gael; la cazadora Yamila y otros compañeros) dejan con ganas de seguir descubriéndolos en las siguientes entregas. Porque sí, esto no se acaba aquí, desconozco cuántos libros serán en total, pero la segunda parte, Cazadora, se publica dentro de un par de meses en Estados Unidos (ojalá no tengamos que esperar mucho para que Puck nos la traiga en español —que por cierto, me parece genial que en la traducción se haya respetado el voseo y otros detalles de la versión original).

Lobizona, pues, me ha parecido una interesante introducción a un submundo lleno de magia y claroscuros, una historia que invita a creer que un cambio es posible al mezclar fantasía pura con problemáticas sociales actuales de manera ingeniosa y sin trivializar. Una muy grata sorpresa; aquí me tendrán esperando ansiosa por su continuación.