[Reseña] «El Hijo Infinito» de Adam Silvera; una fusión de fantasía urbana y superhéroes a medio cocer

by - jueves, octubre 29, 2020


El Hijo Infinito
Título original: Infinity Son (Infinity Cycle #1)
Autor: Adam Silvera
Editorial: Puck / Urano
Gracias a la editorial por el ejemplar
Páginas: 312
Sinópsis: Los hermanos Emil y Brighton crecen en Nueva York y tienen como ídolos a los Paseadores de Hechizos, un grupo de justicieros comprometidos a librar el mundo de fantasmas. Mientras los Paseadores de Hechizos y otros seres celestiales nacen con poderes, los espectros los arrebatan y roban violentamente la esencia de criaturas mágicas en peligro de extinción. 
BRIGHTON DESEA HABER TENIDO ALGÚN PODER PARA UNIRSE A LA LUCHA. 
EMIL SOLO QUIERE QUE LA PELEA TERMINE.
El ciclo de violencia ha causado estragos, haciendo más difícil que cualquiera con algún poder pueda  vivir libremente y en paz. En este clima de miedo, un grupo de espectros se vuelve más audaz día a día. Entonces, en una pelea después de una protesta, Emil demuestra tener un poder propio, uno que lo sitúa en el corazón mismo del conflicto y lo convierte en el heroico Paseador de Hechizos que Brighton siempre quiso ser. El amor y la lealtad se pondrán a prueba y nadie saldrá ileso de la batalla.
★★

 
El Hijo Infinito es la primera incursión en el género fantástico por parte de Adam Silvera, autor bien posicionado dentro del Young Adult estadounidense; y en esta primera entrega de lo que apunta a ser una trilogía nos inserta en un mundo similar al nuestro, con la gran diferencia de que en su Nueva York alternativo existe la magia y personas con poderes a lo X-Men. Quienes nacen con dichos poderes son conocidos como celestiales, mientras que a quienes los obtienen de forma violenta robando la sangre de criaturas fantásticas (como los fénix o las hidras) se les identifica con el nombre de espectros

La historia se centra en Emil y Brighton, dos hermanos adolescentes que crecieron admirando a los celestiales, sobre todo a aquellos pertenecientes a un grupo justiciero conocido como los Portadores de Hechizos. Brighton se mantenía anhelando el día en que se hiciera presente su poder, si es que lo tendría, mientras que Emil no estaba tan interesado. Y por ello sus mundos sufrirán una enorme sacudida cuando sea Emil quien manifieste un poder cuyo origen viene del fénix, descubriéndose además como pieza fundamental en la batalla que se libra entre celestiales, espectros, humanos y la misma sociedad que habitan, ya que en ésta continúa acrecentándose un sentimiento hostil hacia aquellos como él. Y así, al lado de los Portadores de Hechizos, Emil y Brighton tendrán que decidir cuál es el papel que están dispuestos a asumir en todo el embrollo en el que de pronto se ven sumidos, así como buscar la manera de detener la amenaza inmediata que representa Luna, líder de un grupo de espectros conocidos como los Regadores de Sangre. 

Sabía que esta novela no había tenido la mejor de las acogidas por parte de los lectores de habla inglesa (y en general), pero aún así sentía curiosidad principalmente por dos motivos: 1) ver cómo el estilo de Silvera (el cual considero bastante centrado en las emociones y agudo en cuanto al tratamiento de personajes) se trasladaba a una historia de corte fantástico; y 2) me interesaba lo que podría aportar en cuestión de representación LGBTQ+, pues se trata de un autor perteneciente a la comunidad y cien por ciento comprometido con el tema, siendo así que podemos hallar dicha representación al frente de todas sus obras (y como lo da a entender en la nota inicial que encontramos en este libro, se trata de historias que a él le hubiera gustado tener en sus años formativos).

Entonces, en cuanto a lo primero, el resultado fue más bien decepcionante. Me pareció que todo (desde el worldbuilding hasta la misma trama) se quedó en lo superficial, impidiendo que uno logre conectar con la historia y sus personajes. Y es una pena porque creo que hay buenas ideas, como la manera en la que incorpora la cuestión de los medios y las redes sociales, el hecho de que todo se desarrolle alrededor de la relación cercana entre dos hermanos, el trasfondo sociopolítico y un par de personajes secundarios con mucho potencial (Maribelle y Ness) que creo que se pudieron haber desarrollado mejor y así lograr un efecto mayor en relación a varios de los sucesos que se dan en el tercer acto. 

Pero pese a todo puedo decir que me pareció una lectura entretenida, y debido a que siempre están ocurriendo cosas y hay mucha acción, no llegó a aburrirme (y lo de cliché tras cliché no me molesta porque pienso que cuando estos se emplean bien pueden regalar una historia bastante satisfactoria, aunque este no fuera el caso, lamentablemente).

Antes de que hubiera tanta discordia entre los celestiales y los humanos, nuestros antepasados tenían un dicho: «El poder más fuerte de todos es un corazón vivo». Emil, tu corazón es poderoso. Te importa, te duele, sientes. (...) Tu humanidad es lo que te hace heroico, no tus poderes.

Por el lado de la representación cumple, si bien es algo que inevitablemente cae en el problema general de que la mayoría de los personajes se sienten poco desarrollados. Y también en relación a esto, una cosa interesante es el paralelismo que se establece entre la situación en que se encuentran los celestiales y lo que sucede con las minorías en nuestra realidad carente de magia; esto me parece buenísimo (es una de las razones por las que me gusta el concepto de los X-Men, y seguro que a Silvera también), pero siento que se tiende a sobreexplicar cuando ya es bastante obvio, pudiéndose tratar más como subtexto (algo que en mi opinión el autor suele manejar bien, así que no sé qué pasó aquí). 

Así pues, El Hijo Infinito es una novela que al mezclar la fantasía con el género de superhéroes presenta buenas ideas, pero tropieza notablemente al ponerlas en marcha. Habrá que esperar para ver si con sus continuaciones esta historia y sus personajes se terminan de cocer porque aquí definitivamente le hizo falta fuego al asunto.

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