Me encantan las historias: descubrirlas, conocerlas, sentirlas, disfrutarlas, conectar y emocionarme con ellas... independientemente del medio o formato en el que éstas sean contadas. Algunos de estos formatos que hasta hace poco no había explorado es el anime (animación de procedencia japonesa) y los doramas (que si le hacemos caso a wikipedia, se definen como las series televisivas japonesas de imagen real). Por lo tanto, después de haberme sumergido en ellos viendo tres animes y tres doramas, vengo a compartir mis impresiones sobre éstos, así como contarles mi experiencia entrando a este mundillo.

No es que sea completamente nueva en el mundo del anime, anteriormente ya lo había intentado con varios, pero esta ha sido la primera vez que me ha enganchado y que me siento entusiasmada al respecto (claro, digo esto sin tomar en cuenta los clásicos de la infancia que todos conocemos). Y eso se lo debo a Sword Art Online, pues a pesar de tener mis conflictos con él en ciertos aspectos, logró mantener mi interés y cuando terminé con sus dos temporadas emitidas hasta el momento me dejó con ganas de buscar y empezar a ver otro.

[Sword Art Online] Sinópsis: La historia se desarrolla en el año 2022, cuando un videojuego de rol multijugador masivo en línea de realidad virtual (VRMMORPG) acaba de ser lanzado. Los jugadores pueden controlar sus avatares tal como lo harían con sus cuerpos reales por medio del NerveGear, un casco de realidad virtual capaz de estimular sus cinco sentidos a través de sus cerebros. Sin embargo, los jugadores se dan cuenta de que no pueden salir del videojuego; Su creador, Akihiko Kayaba, aparece y les informa que si mueren en el mundo virtual también lo harán en el mundo real.

Y ese otro fue Fate/stay night: unlimited blade works, del cual solo he visto la primera temporada y hasta ahora me tiene encantada. Su combinación de fantasía, acción y suspenso me ganó desde el principio, además de que cuenta con una trama que engancha y una historia, en mi opinión, muy atractiva. Y otra cosa que resulta atractiva es sin duda su animación, que si bien no soy una experta en este asunto, puedo notar su asombrosa calidad.

[Fate/stay night UBA] Sinópsis: Cada 10 años se lleva acabo un ritual, una guerra entre 7 magos escogidos por una fuerza omnipotente, cuyo objetivo es invocar el "Santo Grial" y que este le conceda al vencedor un unico deseo que sera realizado sin importar lo que se pida. Para luchar los magos seran provistos de un Sirviente (Servant) que es un Espiritu Heroico (Espiritus que en vida fueron grandes Heroes) invocado unicamentre gracias al poder del Santo Grial. Shiro Emiya fue salvado de un inmenso incendio 10 años atras por un mago llamado Kiritsugi Emiya, posee muy poco talento para la magia pero se ve involucrado en la nueva guerra y su servant es invocado de manera poco convencional, confundido, decide participar de la lucha con la determiancion de detener esta locura como de lugar con su servant Saber.

Otro al que le di la oportunidad (decisión facilitada por el buen Netflix) fue Ao no Exorcist (también conocido como Blue exorcist). De los tres, fue el que sentí más "ligero", pues aunque sí hay drama, éste se combina con una buena dosis de humor. A pesar de que al principio no fue lo que esperaba, continué viendo hasta que sin darme cuenta ya habia visto la mitad de sus 26 episodios.

 Y hasta aquí con el anime (ahora me doy cuenta de una relación entre los tres: espadas, espadas everywhere). Como se puede ver, mis géneros predilectos hasta el momento son acción, aventura, fantasía y paranormal.

Ahora pasemos a hablar de los doramas (palabra cuyo significado no es otro que drama). Si alguien me hubiera dicho meses atrás que yo iba a estar viendo uno, me hubiera costado creerlo. Y es que no me llamaban nada, nada, nadita la atención, pues pensaba que eran demasiado melodramáticos para mi gusto (pero sean muy melodramáticos o no, ahora se que sí pueden ser de mi gusto). 

 

Pues bien, el primero fue Buzzer beat. Lo empecé sin intención de verlo completo, solamente quería "probar", así que solo llegué hasta la mitad del primer episodio. Pero al día siguiente me encontré terminándolo (el episodio) y viendo el siguiente... y el resto es historia. A decir verdad me sorprendió lo mucho que me gustó; los 45 minutos se me pasaban volando, no esperaba encontrarme con personajes tan adorables (la mejor amiga de la prota y su pareja se ganaron mi corazón) ni con escenas que lograran emocionarme. Y aunque sabes como terminará todo, te mantiene deseando ver cómo se desarrollará la relación entre los personajes.

Y como no quería terminar empalagándome con tanta dulzura y romance, busqué de otros géneros y me encontré con Mysterious transfer student (aka Nazo no Tenkosei). Es una extraña mezcla de ciencia ficción y misterio, y eso me gustó, pero el desarrollo de la historia no terminó de convencerme. Lo que sí no se puede negar es que está hermosamente filmado, y en su mayoría las actuaciones son muy buenas (destacando Kanata Hongo como el misterioso alien-humanoide Norio Yamazawa).

 Sinópsis: Los estudiantes de segundo año de secundaria, Koichi Iwata y Midori Kagawa, han sido amigos desde la infancia. En su camino a casa de la escuela ven como un meteoro se elevaban hacia el cielo. Al día siguiente, Midori ve una sombra brillante de una persona en la escuela. Al mismo tiempo, un misterioso chico llamado Norio Yamazawa aparece delante de Koichi. Norio es bueno en los deportes y listo, pero algo parece fuera de lugar en él, y desde que ha aparecido, cosas extrañas siguen ocurriendo alrededor de Koichi.

Y finalmente, Orthros no inu, una especie de thriller con un toque sobrenatural y con aire de serie policial. Me decidí a verlo porque la idea de la que parte me pareció interesante y lucía como algo que me gustaría. Los primeros episodios consiguieron engancharme sin problema y aunque en los siguientes sentí que el ritmo decaía, logró mantener mi interés lo suficiente como para seguir viendo. Conclusión: me gustó, lo disfruté, pero sentí que la historia se quedó corta en relación a su potencial.

Algo que me ha encantado de estas producciones en general es su duración en cuanto al número de episodios; he leído que por lo general se componen de 16 a 20, pero de los que vi ninguno pasó de los 12. Ideales para cuando quieres ver algo que no te tome mucho tiempo terminar. 
 

Por otro lado (y yendo más allá del mero entretenimiento), adentrarse en ellas me parece interesante porque permite conocer un poco de la cultura de su país de origen, que si bien puede no ser una imagen profunda y 100% real, nos dan una idea cercana de la idiosincrasia y visión del mundo que se tiene por aquellos lares.